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Os doy un mandamiento nuevo
que os améis los unos a los otros.
Como yo os he amado
amaos también los unos a los otros

Juan 13, 34

De nuevo Tarcisio Mezzetti -en el verano de 1978- estuvo en el origen de este aspecto tan importante de la espiritualidad comunitaria, tan importante que se convirtió en el núcleo delCompromiso de Alianza que los miembros de la Comunidad renuevan anualmente.

«Quiero cuatro promesas de la Comunidad: pobreza, perdón permanente, construcción del amor y servicio». Esto es lo que una «voz» ordenó a Tarcisio aquel día, mientras permanecía en oración en la iglesia de su propia parroquia -San Donato all’Elce-, en el barrio universitario de Perugia, donde entonces vivía.

Es la voz viva de Tarcisio la que nos cuenta lo que ocurrió y cómo la Comunidad aceptó e hizo suya esa profecía:

Le Cuatro Promesas forman los pilares de la vida aliada.

Así habla el Prólogo del Estatuto Comunitario:




«Creemos que el Señor, para hacernos libres y capaces de amar, con amor desinteresado, a Dios y a nuestros hermanos, nos llama a vivir según el espíritu de las «Cuatro Promesas»:
Pobreza, Perdón Permanente, Construcción del Amor, Servicio.


Creemos que la condición primaria y necesaria para vivir la vida comunitaria esla pobreza

y con ella elegimos un estilo de vida sencillo y sobrio que sea un signo para el mundo.

Creemos que el Perdón Permanente


nos hace estar dispuestos a perdonar como Jesús nos perdonó y a luchar contra la inclinación al juicio.

Creemos que la Construcción del amor


nos lleva a reconocer en cada hermano a la persona de Cristo y nos compromete a resolver las relaciones defectuosas dando el primer paso hacia una verdadera reconciliación.

Creemos que la caridad generada por la Eucaristía nos hace «generosos de corazón» (Éxodo 25:2) para vivir laServicio a Dios, a los pobres, a la humanidad, a la Iglesia».

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