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Oro que llena las heridas
Está empezando a convertirse en una hermosa realidad que lleva surgiendo desde hace aproximadamente un año, con una serie de experiencias ofrecidas a jóvenes de 14 a 19 años.
Tras la Ruta del Espíritu del verano pasado y la Convención de Jóvenes celebrada paralelamente a la Convención General en Chianciano, he aquí la experiencia del verano, que tuvo lugar en Apulia, junto al campamento comunitario de Peschici.
De un número inicial de 30 miembros, el número de participantes en las actividades espirituales previstas creció hasta cerca de 80 chicos y chicas a medida que transcurrían los días entre el 10 y el 17 de agosto.
El equipo de animadores, a través de catequesis, momentos vivenciales, paseos por el Gargano y oración, recorrió un camino que, partiendo de un «jarrón roto», llevó a reflexionar sobre la voluntad de Dios de «recomponer los pedazos» de cada uno de sus hijos, hasta convertirlos en una «nueva criatura».
La adoración eucarística vivida a última hora de la tarde, en la playa de Vieste, con el vaso reconstruido resplandeciente de oro en las articulaciones de la «nueva creación», fue el sello de un viaje que hizo crecer a todos los participantes la confianza en Dios, en su infinita misericordia, que sigue llamándonos a sí, desde cualquier condición en la que nos encontremos, porque nos ama como un Padre, dispuesto a generarnos siempre a una vida nueva.