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Busca al Señor y su poder, busca siempre su rostro

[104]Salmos 105 , 4

[link alla pagina] Cuando Tarcisio recibió la profecía «Con Jesús, sobre Jesús, ¡construid!«, todo el contexto era evidentemente eucarístico: la iglesia, el altar de mármol blanco, el cáliz de vino y la hostia…

Por tanto,la adoración eucarística es la fuente continua de la que la Comunidad sacia su sed: de ella saca fuerzas para la evangelización, para toda acción ministerial, para el acompañamiento espiritual.

La adoración eucarística -vivida semanalmente por cada aliado- ayuda a cada hermano y hermana a entrar en una relación cada vez más íntima y profunda con el Señor, eligiendo la«mejor parte«(Lc 10,42), poniéndose a los pies del Maestro para escucharle, llenándose los ojos con la imagen de su rostro, y descendiendo luego del monte, seguros de llevar algo del esplendor contemplado en el propio rostro.

Durante la Convención General de 2005, se enseñó a la Comunidad que un vaso que no está lleno de agua, cuando alguien se acerca a él para saciar su sed, sólo puede ofrecerse a sí mismo al sediento… Para dar algo de todos modos, intentará ofrecer trozos de sí misma, en lugar de agua: fragmentos afilados que producen heridas y muerte en lugar de vida.

Por eso, la Comunidad es consciente de que sólo permaneciendo con Jesús, apoyándose únicamente en su gracia, podrá ofrecer el«agua viva» (Jn 4,10; 7,38) a todos los que encuentre. Hay dos lugares históricos donde la Comunidad vive permanentemente la adoración eucarística en Perusa: San Manno y Madonna della Luce.

Fachada de la Iglesia de San Manno

La Iglesia de Nuestra Señora de la Luz vista desde fuera de la puerta principal

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