Seminario de Vida Nueva en el Espíritu Santo

Pedro seguía diciendo estas cosas
cuando el Espíritu Santo
descendió sobre todos aquellos
que escuchaban la Palabra

Hechos de los Apóstoles 10, 44

La Comunidad Magnificat, en su propia experiencia de evangelización, ha visto repetirse muchas veces escenas como la que tuvo lugar en la casa de Cornelio en presencia de Pedro que predicaba(Hch 10,34-48) o la que tuvo lugar tras el anuncio de Pablo en Éfeso(Hch 19,1-7), cuando el Espíritu Santo descendió de forma visible sobre los que escuchaban la Palabra.

Es precisamente el Seminario de la Nueva Vida en el Espíritu Santo el que, en la inmensa mayoría de los casos, permite al Señor derramar Su amor sobre quienes participan en él.

El seminario es un tiempo en el que Dios realiza una maravillosa obra de renacimiento para tantos hermanos y hermanas.

Jesús, hablando con Nicodemo aquella noche en que se encontraron, a su pregunta «¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo?», respondió: «En verdad, en verdad te digo que el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios» (cf. Jn 3, 4-8).

La renovación carismática, desde su surgimiento en la Iglesia católica, se ha convertido, en cierto modo, en un testimonio privilegiado de ese nuevo nacimiento, que Dios obra a través de un instrumento sencillo, puesto en manos de personas pobres dotadas de una característica indispensable, haber vivido la misma experiencia. El instrumento es el Seminario de la Nueva Vida en el Espíritu Santo, los pobres son también los miembros de la Comunidad, la experiencia es la de ser sobrecogidos por el Amor mismo de Dios: el Espíritu Santo.

Haber experimentado la efusión del Espíritu Santo es una condición indispensable para pertenecer a la Comunidad Magnificat.

Estructura del Seminario

A lo largo de muchos años, la Comunidad ha creado cientos y cientos de seminarios, utilizando muchas fórmulas diferentes, desde el curso semanal que dura unos tres meses hasta los residenciales de tres días, pero lo que realmente la distingue es su estructura fundamental: una proclamación fundamental de la fe y una oración sobre las personas para que reciban la efusión del Espíritu.

Los temas que se anuncian de forma sencilla y alegre son los del kerigma:

1. Dios te ama

2. El pecado y sus consecuencias

3. Jesús es la salvación

4. Jesucristo es el Señor

5. La promesa del Espíritu

Estos anuncios kerigmáticos -dados en reuniones animadas por los miembros de la Comunidad a través de la catequesis- están flanqueados por dos encuentros vivenciales, ofrecidos a los participantes antes de que acudan al momento de oración para recibir la efusión.

La primera, titulada Eliminación de obstáculos, pretende ayudar a los participantes en el seminario a afrontar y eliminar aquellos obstáculos que pueden dificultar la acción del Espíritu: la falta de perdón (hacia uno mismo o hacia los demás), la idolatría (recurrir a prácticas mágicas o al mundo de lo oculto), una vida sexual desordenada, la adicción a sustancias o situaciones…

La segunda, titulada Creer y Convertirse, se vive en una liturgia penitencial, en la que, tras la catequesis y un profundo examen de conciencia, se da a los participantes la oportunidad de hacer un acto de fe en la misericordia de Dios, viviendo el Sacramento de la Reconciliación.

Oración efusiva

Al final de la proclamación kerigmática, se reza una oración sobre todos los participantes en el seminario que desean recibir la efusión del Espíritu Santo, en la que -a las personas que la reciben- les suceden infinidad de cosas distintas, tantas como personas hay. Pero -para cada persona- hay una certeza: «¡Dios está ahí y me ama!».

Fundamentos teológicos

Para comprender la naturaleza teológica del Seminario de la Vida Nueva en el Espíritu Santo y la experiencia de la efusión del Espíritu , ofrecemos aquí dos documentos del Padre Raniero Cantalamessa: el texto de una de sus enseñanzas sobre el tema, que se remonta a los años ochenta, y una catequesis que dirigió a la Casa Pontificia en la Cuaresma de 2021.